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lunes, 21 de noviembre de 2011

El easy-way (o camino ancho).

"Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios". Hechos 14:22.

De entre muchas mentiras que he escuchado en torno a la vida del cristiano, es que es fácil, o peor aun, que "debiera" ser fácil. Y me atrevo a emitir un juicio tan firme, porque me resulta indignante que más y más líderes y predicadores, sigan presentando un Evangelio a la más descarada versión del "easy-way"; y la realidad del caso, es que jamás fuimos llamados a ser la elite acomodada y pedante de la sociedad, sino a ser Hijos de corazón humilde.
La palabra, a través de íconos teológicos como lo fueron los apóstoles, nos dejan claro un mensaje: "bienaventurados aquellos que sufren a causa del Evangelio..."; tal mensaje me lleva a cuestionarme: ¿A caso somos superiores a aquellos grandes hombres como para adquirir una actitud soberbia e ir por el mundo proclamando que el camino "debe ser" fácil? Ahora, a quienes exponen la verdad de Dios a la luz de las escrituras se les llama "Legalistas", "cuadrados" y hasta "anticuados"; mientras a aquellos que montan un espectáculo de emociones y palabras huecas y humanas, se les llama "ungidos". Y en este punto se cumple la palabra que nos anuncia que a lo bueno llamarán malo, y a lo malo bueno.
No pretendo que las personas que leen esto cambien de opinión, simplemente que nos sumerjamos en la palabra de Dios, si es que nos interesa Dios, y que aprendamos a vivir coherentemente con la fe que predicamos. Dios te bendiga.

martes, 15 de noviembre de 2011

Intimidad: ¿realidad o falacia?

"he aquí, Tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender Sabiduría" Salmos 61:6.

En lo personal, las experiencias más maravillosas que he vivido con Dios han sido en secreto, en lo íntimo; son cosas que sólo Él y yo conocemos, situaciones que alguna vez vivimos en la intimidad, en los instantes en donde he podido alejarme del universo y construir un mundo paralelo en donde sólo estamos dos: Dios y yo.
Creo que hasta este punto, mucha gente me dará la razón, pero, ¿qué hay de la constancia con que nos damos la oportunidad de experimentar momentos de intimidad? Ayer por la tarde, mientras escuchaba las noticias camino a mi casa, una cifra me alarmó terriblemente: en México, el 60% de los matrimonios que viven juntos, no tienen relaciones íntimas. Y, digo, me alarmó, porque si trazamos un paralelo entre lo que es el matrimonio y nuestra relación con Dios, encontramos similitudes, y tristemente, muchos de nosotros tenemos relaciones secas, frías e insípidas con Dios; nos conformamos con un día de iglesia, abrir la biblia de vez en vez (para no perder la costumbre...), y levantar una oración cuadrada (que de tan monotizada que tenemos, se ha convertido en rezo).
Y mientras tanto, Dios nos sigue llamando cada día, sigue buscando la oportunidad de encontrarnos en el momento íntimo, hablarnos y mostrarnos su Sabiduría. Termino con una pregunta ¿Cuándo fue la última vez que estuviste a solas con Él? Si no sabes la respuesta, debes saber que tienes un problema. La gente -especialmente los cristianos- vive momentos de soledad, abandono, y aislamiento, sin saber que todo esto es resultado de nuestro alejamiento íntimo con Dios, de vivir con Él sin Vivirlo.
Nunca es tarde para reavivar la llama de la pasión, mientras haya vida, habrá una nueva oportunidad. Dios te bendiga.